A pesar de que muchos aspectos del Islam son falsamente comprendidos por los no-musulmanes, la ignorancia, desiformación y concepciones incorrectas, las más severas son referentes al trato del Islam con las mujeres. Numerosas aleyas del Corán dejan claro que los hombres y las mujeres son iguales ante Dios. Según las enseñanzas del Islam, la única cosa que distingue a la gente ante Dios es su nivel de conciencia de Dios. Debido a esto, mucha gente se sorprende cuando descubre que la Ley islámica garantizó derechos a las mujeres hace 1400 años que recientemente han obtenido las mujeres de Europa y América.
Por ejemplo, el Islam enseña claramente que la mujer es una persona completa a efectos legales, y es el equivalente espiritual del hombre. También, de acuerdo con la ley islámica, las mujeres tienen derecho a tener propiedades, tener su negocio y recibir el mismo salario por su trabajo que los hombres. Se permite a las mujeres un control total sobre su riqueza, no puede ser obligada a casarse contra su voluntad y el matrimonio se disuelve en el caso de negligencia o malos tratos. También, el Islam no considera a la mujer como una “tentadora malvada”, y no culpa a la mujer por el “pecado original”.
Las mujeres en el Islam practican los mismos actos de adoración que el hombre. En realidad, los derechos que el Islam dio a las mujeres hace unos 1400 años fueron inauditos en América hasta casi el siglo XIX. Hace menos de cincuenta años en Inglaterra y Estados Unidos una mujer no podía comprar una casa o un coche sin la firma de su padre o marido. Además, el Islam concede un gran respeto a las mujeres y su papel en la sociedad, les da el derecho a tener propiedades, casarse con quién quiera y otros. Hay que mencionar que la misión del Profeta Muhámmad, que Dios le bendiga y le dé paz, paró muchas de las prácticas horribles respecto a las mujeres que estaban presentes en la sociedad. Por ejemplo, el Corán puso fin a la práctica árabe pagana de matar a las niñas –como aún ocurre en India entre los hindúes o en China entre los no-musulmanes- cuando nacían. Además, el Islam puso restricciones a la poligamia sin límites de los árabes de su tiempo, y puso muchas leyes para el bienestar de las mujeres.
Hoy en día, la mayor parte de las llamadas reformas en la situación de las mujeres han venido después que en Occidente se abandonara la religión por el laicismo. Incluso aquellos que en Occidente se consideran parte de la llamada “tradición judeocristiana” en verdad siguen los valores del liberalismo occidental –pero sólo en un grado menor que sus compatriotas más liberales. Si las mujeres en el mundo islámico actual no tienen sus derechos, no es a causa del Islam. El problema es que en muchos lugares tradiciones e ideas ajenas al Islam han eclipsado la legislación islámica, ya sea bajo el impacto de la ignorancia o la colonización.
Por ejemplo, el Islam enseña claramente que la mujer es una persona completa a efectos legales, y es el equivalente espiritual del hombre. También, de acuerdo con la ley islámica, las mujeres tienen derecho a tener propiedades, tener su negocio y recibir el mismo salario por su trabajo que los hombres. Se permite a las mujeres un control total sobre su riqueza, no puede ser obligada a casarse contra su voluntad y el matrimonio se disuelve en el caso de negligencia o malos tratos. También, el Islam no considera a la mujer como una “tentadora malvada”, y no culpa a la mujer por el “pecado original”.
Las mujeres en el Islam practican los mismos actos de adoración que el hombre. En realidad, los derechos que el Islam dio a las mujeres hace unos 1400 años fueron inauditos en América hasta casi el siglo XIX. Hace menos de cincuenta años en Inglaterra y Estados Unidos una mujer no podía comprar una casa o un coche sin la firma de su padre o marido. Además, el Islam concede un gran respeto a las mujeres y su papel en la sociedad, les da el derecho a tener propiedades, casarse con quién quiera y otros. Hay que mencionar que la misión del Profeta Muhámmad, que Dios le bendiga y le dé paz, paró muchas de las prácticas horribles respecto a las mujeres que estaban presentes en la sociedad. Por ejemplo, el Corán puso fin a la práctica árabe pagana de matar a las niñas –como aún ocurre en India entre los hindúes o en China entre los no-musulmanes- cuando nacían. Además, el Islam puso restricciones a la poligamia sin límites de los árabes de su tiempo, y puso muchas leyes para el bienestar de las mujeres.
Hoy en día, la mayor parte de las llamadas reformas en la situación de las mujeres han venido después que en Occidente se abandonara la religión por el laicismo. Incluso aquellos que en Occidente se consideran parte de la llamada “tradición judeocristiana” en verdad siguen los valores del liberalismo occidental –pero sólo en un grado menor que sus compatriotas más liberales. Si las mujeres en el mundo islámico actual no tienen sus derechos, no es a causa del Islam. El problema es que en muchos lugares tradiciones e ideas ajenas al Islam han eclipsado la legislación islámica, ya sea bajo el impacto de la ignorancia o la colonización.
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